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De la incineración a la biorremediación

Los ingenieros que han patentado este nuevo sistema de recuperación de hidrocarburos procedentes de vertidos defienden su técnica frente a otros métodos de eliminación de residuos:

Incineración. Es uno de los medios de eliminación de residuos más agresivos con el medio ambiente. Ese proceso suele realizarse en plantas especialmente preparadas para quemar las materias que se desean eliminar. Ahí los materiales combustibles se queman en un 90%. La incineración produce calor como fuente energética, pero también dióxido de carbono, óxidos de azufre y nitrógeno, además de otros contaminantes gaseosos, cenizas volátiles y residuos sólidos sin quemar. La emisión de esas sustancias se controla con filtros, lavadores y precipitadores electroestáticos. Estabilización. Esta técnica consiste en provocar cambios físicos y químicos que modifiquen las características originales del residuo tratado. El objetivo es transformarlo en un producto que pueda ser almacenado sin peligro en un almacén. Biorremediación. Consiste en diseminar fertilizantes químicos en el medio afectado. Así, las bacterias del ecosistema, capaces de descomponer la cadena de los hidrocarburo aromáticos, se multiplican y reducen la presencia de combustible. Una vez eliminado el residuo, aquéllas reducen su voracidad y su capacidad de reproducción.

El accidente del Prestige y sus consecuencias han despertado el ingenio de la comunidad científica. Tomando como referencia la catástrofe del petrolero hundido frente a las costas gallegas, un equipo de cinco ingenieros químicos de la Escola Técnica Superior d¿Enginyeria Química de la Universidad Rovira i Virgili, de Tarragona, han patentado una nueva tecnología que permite, mediante un sencillo proceso físico-químico, recuperar en su estado puro los hidrocarburos procedentes de vertidos petrolíferos y minimizar los efectos medioambientales de ese tipo de escapes.

«La principal diferencia de nuestro sistema en relación a técnicas convencionales de eliminación de residuos como la incineración, estabilización o biorremediación es que el combustible puede recuperarse en estado puro y, por tanto, puede volver a comercializarse», explica Anton Valero, uno de los inventores de esta tecnología.

Para todo tipo de fuel

Otra de las ventajas descritas por Valero es que el proceso empleado sirve para tratar cualquier tipo de fuel y, por tanto, su uso no sólo se limita a vertidos producidos en el mar y acumulados en la costa, como en el caso del Prestige. «Esta técnica -indica- puede usarse para recuperar los residuos depositados en el suelo tras el proceso de desmantelamiento de gasolineras o instalaciones relacionadas con el campo petroquímico, escapes registrados durante el transporte de hidrocarburos o para minimizar los efectos de fugas en oleoductos o complejos industriales.

Los cinco ingenieros que han participado en la elaboración de esta nueva técnica -Vicenç Claramonte, María García, Claudia Labrador, Daniel Montolío y Anton Valero- defienden, además, su viabilidad económica. Así, matizan que para la construcción de una planta con capacidad para tratar unas 20.000 toneladas de residuos anuales similares a los del Prestige se necesitaría una inversión de 2,19 millones de euros.

Vida útil

Este capital, explican los cinco ingenieros, podría amortizarse en un período de unos dos años y medio a partir de la puesta en marcha de la planta. Ésta tendría una vida útil de unos veinte años y podría estar totalmente terminada en tan sólo doce meses.

Fuente: La voz de Galicia

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