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Trikarty acerca el mundo empresarial al científico.

El científico español carece en la mayoría de las ocasiones de visión empresarial ya que suele estar acostumbrado a la investigación académica sin llegar muchas veces a la conclusión de que puede hacer un negocio rentable de sus descubrimientos. Los escasos bioemprendedores que deciden lanzarse al mundo de los negocios se encuentran con barreras financieras difíciles de solucionar al no haber estado nunca relacionados con este mundo nuevo para ellos.

Sacar a la luz cualquier proyecto empresarial supone un gran esfuerzo que se multiplica si la nueva idea se enmarca en el área de la biotecnología. Inversiones muy elevadas y una gran falta de entendimiento entre el sector científico y el financiero son las principales trabas que se encuentran los investigadores que quieren llegar a ser empresarios.

Trikarty, una consultora de base biotecnológica, ha entendido que estos dos mundos tan disparen necesitan un intérprete que les acerque y les haga entenderse con el fin de hacer nacer nuevas bioempresas. “El científico no tiene formación empresarial de ningún tipo, y sólo cuenta con un resultado científico o una idea muchas veces sin estructurar para sacar adelante un proyecto empresarial”, apunta Fernando Béjar, director de esta nueva consultora que trabaja en nuestro país desde enero.

“Existe una gran falta de entendimiento entre el inversor y el investigador, lo que genera una gran desconfianza por parte del que tendría que ofrecer el apoyo económico”, dice Béjar. “Por otro lado, el científico presenta sus proyectos de forma inadecuada, dedicando gran parte del tiempo a explicar las excelencias de sus trabajos en el laboratorio y muy poco a hacerle entender al inversor el dinero que puede necesitar”.

Desde Trikarty se ayuda a los emprendedores a realizar planes de negocio, buscar financiación y convertir las ideas de base científica en productos que puedan abarcar un área determinada en el mercado. “Nuestro principal activo es la posibilidad de aconsejar qué es lo que creemos que el cliente necesita. En muchas ocasiones es la búsqueda de un gestor, otras financiación y otras un modelo empresarial estructurado desde los cimientos”, apunta Fernando Béjar.

Función contraria

Aunque la ayuda al científico es uno de sus pilares fundamentales, esta consultora se encarga también del asesoramiento a entidades financieras que quieran invertir en nuevos proyectos. La evaluación científica y un análisis de su viabilidad son, en este caso los servicios que puede ofrecer.

Según el director de Trikarty, “este tipo de proyectos deben contar con una viabilidad, primero científica y más tarde empresarial, pero si alguno de estos dos apoyos falla, la idea no avanza. Nosotros podemos evaluar ambos campos, ya que nos consideramos traductores de dos lenguajes absolutamente distintos.

Esta consultora ha participado en la consolidación de proyectos como Bionostra, y grandes fundaciones como Genoma España. “Durante estos seis meses de vida hemos detectado que nuestro trabajo es importantísimo en el sector empresarial biotecnológico, pero son muy pocos los que pueden pagar los servicios que solicitan”, apunta Bejar. Hasta el momento, existen alrededor de otras seis empresas dedicadas a esta misma labor y ya están intentado hacerse su hueco grandes multinacionales como Ernst &Young o PriceWaterHouse.

“En España se están empezando a imponer modelos internacionales como el Silicon Valley que unan a todos los agentes participantes en un mismo sector, ya que la cercanía entre ellos hace que el área avance”, dice Béjar. “Los parques científicos y tecnológicos concentran en un mismo lugar capital riesgo, el potencial científico, los emprendedores y ahora están empezando a incluir a los consultores”.

Fuente: http://www.bionoticias.com

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